Acudir a la fuente, entendida esta como el fundamento u origen de algo, es una cuestión de responsabilidad individual profesional cuando hablamos de ciencia y sus distintos ámbitos de aplicación. Tras una búsqueda exhaustiva, me remontaré al primer cuarto del siglo XX con la obra The original nature of man del psicólogo educativo Edward L. Thorndike, datada en 1913 pero iniciada una década antes en el que, final y posteriormente, sería el tercer volumen de este extenso trabajo. En otra entrada sobre NEUROPSICOLOGÍA EDUCATIVA 🔍 también tienes información sobre la Historia de la Psicología Educativa.

Podríamos retrotraernos hasta el siglo XVI y hablar de Juan Luis Vives, cuya obra gira en torno a la explicación de las «enfermedades del alma» al tiempo que se inmiscuye en el ideal de la reforma educativa tras dejar constancia de la decadencia de conocimientos en su época, pero me centraré en el punto de referencia del que parte el ahora.

Psicología de las DIFERENCIAS INDIVIDUALES

The original nature of man

A lo largo de tres volúmenes, Thorndike intenta abarcar la naturaleza humana recopilando toda la información relativa al «equipamiento mental» del hombre, o lo que traemos de fábrica; a las leyes del aprendizaje y a las diferencias individuales y sus causas.

Hace hincapié en conocer estos tres puntos para mejorar las necesidades del hombre y hacerlo a su vez más capaz de satisfacerlas, para lo cual y como expresa literalmente en el texto, «corresponde a la Psicología de la Educación entregar dicho conocimiento sobre el intelecto, el carácter y la habilidad, en relación con una tendencia a responder de determinada manera a situaciones concretas».

Me consta que hay una gran cantidad de personas, compañeros de profesión incluidos, que no tienen muy claro a qué nos dedicamos. La figura del psicólogo educativo existe desde que la Psicología se constituyó como ciencia, dando sus primeros pasos con la psicología experimental de Wundt en 1879 y haciéndose «oficial» en 1892 cuando Stanley Hall reunió en su estudio a más de veinte colegas de profesión para organizar la American Psychological Association (APA). En esta etapa de fundación, con presidentes de la misma como Cattell, Dewey, Hall o el propio Thorndike, fue cuando el autor de The original nature of man se erigió como diseñador experimental en el campo de la Educación.

A lo largo del primer volumen nos habla sobre la existencia de vínculos preformados entre las situaciones a las que se expone un individuo y la forma en la que responderá ante ello. Es decir, que como está determinado por su naturaleza y por cómo aprende, bajo ciertas circunstancias verá, escuchará, sentirá y actuará de ciertas maneras. «Lo que un hombre es y hace a lo largo de la vida, es un resultado de cualquier constitución que tiene al principio y de todas las fuerzas que actúan sobre ella antes y después del nacimiento».

Hoy día hablamos de Epigenética para referirnos al condicionamiento del ambiente sobre la expresión de los genes, término acuñado por un biólogo del desarrollo [Waddington, C. H. (1957). The Strategy of the Genes.], que publicó un artículo en la revista Evolution donde logró demostrar la herencia de una característica adquirida en respuesta a un estímulo ambiental. Otros lo habían intentado antes que él sin éxito, aunque autores como Thorndike ya hablaban sobre ello: «nada en la naturaleza humana se debe exclusivamente a cualquiera de estos factores por separado, pues las tendencias que más dependen de la naturaleza original del organismo requieren una cierta cooperación por parte del medio ambiente, y las que más dependen de las circunstancias exteriores todavía requieren una cierta cooperación por parte del organismo«.

Ahonda en el hecho que esos vínculos pueden formarse en distintos momentos a lo largo del desarrollo y además «pueden existir sólo por tiempos limitados«, siendo además el «punto de partida para toda la educación«.

En la actualidad afirmamos la existencia de fenómenos como la neuroplasticidad, la poda neural y los llamados periodos críticos o sensibles del desarrollo cerebral, sabiendo que numerosos factores tanto biológicos como ambientales influyen en la formación y/o capacitación del sistema nervioso. Conocer esto es lo que nos va a permitir comprender los procesos de enseñanza-aprendizaje de una forma correcta, como esgrimía Sternberg en los años 90 tras varios artículos críticos en la revista Educational Psychologist.

Esta psicología «elemental» de la que nos habla Thorndike es el punto de partida para tratar de adaptar el contexto educativo al individuo y no al revés, aunque puedan mejorarse también las competencias individuales.

Para que se produzca lo que llamamos aprendizaje, se debe obtener una modificación permanente, lo que en su día este autor trató de explicar en base al fortalecimiento/debilitamiento de la conexión o lazo entre una estímulo-situación y una respuesta-comportamiento, para lo cual enunció dos leyes:

  • Ley del Ejercicio: las tendencias de uso y desuso se definen como la probabilidad de que una conexión se haga significativa (grado de fortalecimiento) o se debilite, dependiendo del vigor, la duración y la frecuencia de su fabricación. Es decir, que la probabilidad de que una conexión entre dos cosas se fortalezca o debilite depende de cuánto se use y por cuánto tiempo.
  • Ley del Efecto: una situación donde dicha conexión vaya acompañada de un estado satisfactorio, resultará en una asociación reforzante que dará lugar a la misma conducta ante la reaparición del estímulo o uno similar a este. La rapidez con la que ocurra la experiencia satisfactoria después de la conducta y la atención que se preste a esa experiencia son los factores que determinan cuánto se fortalecerá la conexión.

Mientras que la Ley del Ejercicio se centra en cómo la repetición de una conexión entre estímulos o entre una respuesta y un estímulo puede fortalecer esa conexión, la Ley del Efecto se centra en cómo las consecuencias de una acción afectan la probabilidad de que se repita en el futuro.

Esto también tiene que ver con la MOTIVACIÓN 💥 🏃🏻, para lo cual te dejo un vídeo en el canal de Youtube.

Posteriormente, B.F.Skinner redactaría «El comportamiento de los organismos: Un análisis experimental«, no exento de polémicas y revisado por otros psicólogos a lo largo del tiempo. Tanto la Ley del efecto de Thorndike como la idea del Condicionamiento Operante de Skinner son teorías de aprendizaje que se centran en la relación entre el comportamiento y sus consecuencias. Aunque comparten algunas similitudes, también tienen diferencias clave en términos de cómo se define el aprendizaje y cómo se lleva a cabo.

La teoría de Skinner se centra en cómo las recompensas y los castigos afectan nuestro comportamiento: Si hacemos algo y recibimos una recompensa (refuerzo positivo), es más probable que lo hagamos de nuevo en el futuro. Si hacemos algo y recibimos un castigo (refuerzo negativo), es menos probable que lo hagamos de nuevo en el futuro. Podríamos decir que la teoría de Skinner es una evolución de la Ley del Efecto de Thorndike, enfatizando el papel del reforzamiento en el aprendizaje.

Thorndike también enumeró tres errores referidos a las capacidades originales del hombre para aprender:

1.- La opinión generalizada de que las funciones cognitivas eran una especie de poder místico otorgado que inclinarían la balanza hacia realizar una conducta u otra.

2.- El ser humano aprende por las conexiones que se forman al percibir una determinada acción en otro.

3.- Dicho comportamiento ajeno puede conducir a que el intelecto de un niño en desarrollo se impregne de tal manera que sus conductas lleven a actos de Ejercicio y Efecto.

Aunque algunos parezcan haberse quedado anclados en el siglo pasado, nuestro conocimiento ha ido avanzando y las corrientes imperantes en aquella época no son las de ahora. En palabras de Anita Woolfolk, «las pruebas acumuladas indican que los seres humanos hacemos algo más que responder al reforzamiento y al castigo«.

Planeamos nuestras respuestas, nos servimos de sistemas para ayudarnos a recordar y organizamos el material que aprendemos (Miller, Galanter y Pribram, 1960; Shuell, 1986). Al aumentar la consideración del aprendizaje como un proceso mental activo, los psicólogos se interesaron por la forma en que las personas piensan, adquieren conceptos y resuelven problemas (Ausubel, 1963; Bruner, Goodnow y Austin, 1956).

Clínicas de Orientación Infantil

Las primeras descripciones del trabajo de psicólogos educativos en Clínicas de Orientación Infantil (así se llamaban), datan de 1929. En palabras de Burke y Miller, «el cuarto para el psicólogo y sus diferentes tipos de pruebas».

Otra de las figuras destacadas en Psicología Educativa, y que rara vez se menciona, es Leta S. Hollingworth, quien en 1929 escribió que al impartir educación a los intelectualmente dotados, se plantea la cuestión de si un niño pequeño puede seguir el ritmo de los niños menos dotados, pero mayores, en tareas que requieren principalmente capacidad motriz; y, en caso negativo, si tales consideraciones deberían afectar a las políticas de promoción. Es bastante común en la experiencia de los escritores actuales que los maestros informen que los niños pequeños de inteligencia superior, promovidos mucho más allá de las normas de grado por edad, son «deficientes» en la capacidad motriz. Se dice que no escriben bien, no pueden manejar envolturas, no pueden realizar el trabajo asignado en el entrenamiento manual y no pueden participar en juegos atléticos. Así, un maestro se quejó de un niño de 6 años de IQ 187, graduado con 8 y 9 años de edad, que era <inferior al niño promedio de su edad en la caligrafía>, olvidando, sin duda, que el niño promedio de 6 años no ha desarrollado ninguna caligrafía para servir como base de comparación«.

En 1933, Hardcastle escribió que deberíamos tener en mente que el psicólogo en la Clínica de Orientación Infantil hace mucho más que estimar los cocientes de inteligencia de Binet-Simon y otras pruebas. Dickson por su parte, en 1938, describió al psicólogo como una persona entrenada en la medición de la capacidad intelectual y en métodos educativos, siendo responsable también de una estimación de la capacidad latente, discapacidades específicas y/o cualquier anormalidad de temperamento (véase problemas de conducta hoy día) que pueda aparecer durante la evaluación del niño.

Treinta años después de esto, el desempeño de los psicólogos educativos se amplió al desarrollo cognitivo, que llamaban <habilidades mentales>. Del Comité Summerfield, en 1968:

«Muchas pruebas de inteligencia proporcionan poca información sobre la naturaleza de las actividades y las habilidades de resolución de problemas, y los métodos de calificación de todo o nada son vistos como muy poco sensibles por muchos de los que utilizan estas pruebas. Si un niño falla en un reactivo en particular, el psicólogo sólo puede intuir las razones para la falla y no puede asumir que el niño es incapaz de resolver todos los problemas similares. De la misma manera, el éxito en una situación en particular no significa que se ha llegado a ella por la ruta más eficiente.

El término «Alta Capacidad» parte de un enfoque psicométrico necesario pero no suficiente, que con los años se ha convertido en un gran saco donde entran niños con distintas capacidades sin demasiada discriminación. Dentro del constructo <inteligencia> existen también los enfoques evolutivo, contextual, sistémico y cognitivo; todos ellos son necesarios para entender de qué estamos hablando.

Dos personas pueden llegar al mismo destino, pero eso no significa que ambas hayan puesto en marcha los mismos mecanismos ni que dispongan de los mismos medios para conseguirlo. Por eso no es igual AACC que Alta Eficiencia Cognitiva.

Un estudio diagnóstico detallado puede llevar a distinciones entre las fortalezas y debilidades intelectuales del niño y, por lo tanto, a conocimiento que podría habilitar al psicólogo para ayudar a un profesor a diseñar un programa adecuado para cada caso particular (lo que llamamos INSTRUCCIÓN DIFERENCIADA 🔍). La finalidad sería ubicar a los niños en un medio para el aprendizaje que esté adaptado a sus necesidades (Sampson, 1980).

Historia de la Psicología en España

En 1953 se creó la Escuela de Psicología y Psicotecnia de la Universidad de Madrid (una escuela de Psicología Aplicada), ofreciéndose ya de aquella tres áreas de formación específica con un curso de duración: Psicología Pedagógica, Psicología Clínica y Psicología Industrial (Bandrés y Llavona, 2004). ¿Sabías que de aquella la Psicología era un mero posgrado? Cualquier licenciado universitario podía realizar el posgrado en esta disciplina y denominarse psicólogo, con la baja cualificación que ello suponía para tratar los asuntos tan complejos que tratamos.

Unos años más tarde, en 1964, se crea en Barcelona una escuela similar pero con dos secciones: Pedagógica e Industrial. La Psicología Clínica se ubicaba en la Facultad de Medicina. La Licenciatura no se estableció hasta cuatro años después, y tenía un currículum común a Filosofía en dos cursos académicos.

Este era el comienzo de la separación entre Filosofía y Psicología a nivel formal, hasta derivar en la Psicología Científica que conocemos hoy día.

Casi tres décadas más tarde se consolidan los estudios universitarios propios de psicología con la primera Facultad de Psicología en España, perteneciente a la Universidad Complutense de Madrid. El primer Plan de Estudios data de 1984 con cinco itinerarios pre-profesionales: Clínica, Educativa, Industrial, Social y Teórico-Experimental. Posteriormente, en 1992, se diseña un nuevo plan donde se incluyen algunas modificaciones:

  • Psicología Clínica y de la Salud
  • Psicología Educativa
  • Psicología del Trabajo
  • Psicología Social
  • Psicología y Ciencia Cognitiva

Por su parte, el Colegio Oficial de Psicólogos de España delimitó y definió los perfiles de las distintas especializaciones de los psicólogos en una publicación de 1998:

1.- Psicología de la Educación

2.- Psicología de la Actividad Física y del Deporte

3.- Psicología Clínica y de la Salud

4.- Psicología de las Drogodependencias

5.- Psicología de la Intervención Social

6.- Psicología Jurídica

7.- Psicología del Trabajo y de las Organizaciones

8.- Psicología del Tráfico y de la Seguridad

El Colegio Oficial será sustituido por el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos (COP) en 2005 y dos años más tarde se crean las primeras divisiones a nivel estatal: Psicología Educativa, Psicología Clínica y de la Salud, Psicología de la Intervención Social, y Psicología del Trabajo, de las Organizaciones y los Recursos Humanos.

Quién puede ser PSICÓLOGO en España

En la actualidad, sólo un licenciado o graduado en Psicología puede ejercer de psicólogo. Da igual que un profesional tenga un doctorado en psicología, un experto universitario o un máster; no puede ejercer la psicología sin la carrera universitaria. Y tampoco pueden realizar evaluaciones que incluyan aspectos psicológicos como pueden ser las funciones cognitivas, la personalidad o diversos aspectos emocionales, ni mucho menos emitir diagnósticos de ningún tipo (ni referidos a la psicopatología, ni al neurodesarrollo).

Aun así, la carrera de Psicología es «lo de menos» en cuanto a todo lo que tenemos que estudiar y saber para ejercer con garantía, pero sí es la base mínima necesaria para tratar los asuntos que tratamos. Aparte de esto, los psicólogos educativos utilizamos técnicas y procedimientos propios de la intervención psicoeducativa, pero también nos apoyamos en modelos y herramientas de otros compañeros especialistas.

La Psicología Educativa incluye el estudio y la aplicación de principios psicológicos al entorno educativo (en contextos formales como la escuela, pero también informales como el hogar u otros ámbitos de aprendizaje), abarcando la cognición, el desarrollo, el comportamiento social, el rendimiento, las diferencias individuales y su medición.

Lo que sabemos hoy sobre cómo aprenden las personas se lo debemos a la Psicología. Multitud de áreas dentro de esta ciencia tratan de abarcar la complejidad del ser humano y ninguna es desechable, de la misma manera que ninguna por sí sola puede dar cuenta de todo.

En palabras de Thorndike, para abarcar la naturaleza humana y hacer que la propia persona sea capaz de satisfacer sus necesidades, además del equipamiento mental en sí mismo, será necesario conocer cómo se da el aprendizaje teniendo en cuenta además las diferencias individuales y su condición multicausal. Y, dado que todo el entorno que rodea a un individuo influye en su aprendizaje, el Psicólogo Educativo tiene mucho que decir (y hacer) al respecto.

A lo largo de las siguientes entradas trataré de profundizar en este complejo mundo que es «el aprender».

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