El abandono escolar se asocia con consecuencias individuales y sociales negativas, ya que conduce a dificultades económicas a largo plazo que perjudican la salud y el funcionamiento de la familia, lo que a su vez puede perpetuar las desigualdades entre generaciones (Conger, Conger, & Martin, 2010).

La mayor parte de investigaciones se han centrado en las vulnerabilidades a largo plazo con carácter acumulativo desde la infancia, por lo que se sabe poco sobre las circunstancias inmediatas que pueden desencadenar la renuncia a una educación académica (Dupéré et al., 2015). Aun así, los hallazgos muestran repetidamente que un número considerable de abandonos repentinos e inesperados se producen en ausencia de una historia clara de problemas académicos o de comportamiento en la escuela primaria o secundaria (Bowers & Sprott, 2012; Janosz, Le Blanc, Boulerice, & Tremblay, 2000).

¿Qué ocurre entonces? ¿Por qué a veces se produce la deserción escolar en ausencia de vulnerabilidades a largo plazo y por qué los adolescentes vulnerables abandonan los estudios en un momento determinado? ¿Por qué no todos los adolescentes considerados ‘en riesgo’ abandonan la escuela?. ¿Puede ser porque los cambios inesperados y los llamados <puntos de inflexión> en las trayectorias del desarrollo, a menudo son provocados por factores de estrés externos que interrumpen el funcionamiento normal? (Elder, Shanahan, & Jennings, 2015).

Explicación del fracaso escolar por Abandono Temprano

1.- Los modelos de vulnerabilidad y estrés proponen que la aparición de problemas de salud mental resulta de una interacción entre vulnerabilidades de larga data (problemas cognitivos, o fragilidad genética o epigenética) y exposición más reciente a factores estresantes (Hankin & Abela, 2005). Estos últimos suelen definirse como situaciones que amenazan objetivamente la salud o el bienestar físico o psicológico, pudiendo adoptar la forma de eventos de vida puntuales y distintos (la muerte de uno de los padres, sucesos traumáticos, etc) o de dificultades más duraderas (un familiar con una enfermedad mental, abuso recurrente…).

Estos mismos autores han mostrado en diversos estudios que los factores de estrés están involucrados en el inicio de una amplia gama de psicopatologías típicamente emergentes en la adolescencia, especialmente depresión, ansiedad, problemas de comportamiento, abuso de sustancias, esquizofrenia y trastornos de la alimentación y la personalidad .

Curiosamente, estos trabajos destacan que la exposición a acontecimientos estresantes de la vida tiende a aumentar en los pocos meses anteriores al inicio de un trastorno (Harkness, Bruce, & Lumley, 2006). Subrayan, además, la importancia de considerar la exposición acumulada a factores estresantes porque influyen particularmente en la vulnerabilidad individual (Evans & Cassells, 2014). Una revisión reciente identificó más de 50 estudios sobre este modelo teórico, de los cuales tan sólo cuatro consideraron que podría relacionarse con el ámbito educativo y ninguno de ellos se centró específicamente en el abandono escolar (Belsky & Pluess, 2009).

Aunque la deserción escolar no es una psicopatología, es perjudicial para el funcionamiento social y el bienestar general. La falta de atención a este tema desde una perspectiva de vulnerabilidad-estrés ha obstaculizado nuestra comprensión de los procesos proximales involucrados, una tendencia que se ve reforzada por una brecha paralela en la literatura sobre el otro marco teórico fundamental en este tema:

2.- Los modelos sobre la participación de los adolescentes en conductas de riesgo (abuso de sustancias, conducción temeraria, prácticas sexuales de riesgo, etc…) ha reconciliado dos observaciones aparentemente conflictivas: los adolescentes pueden ser, y a menudo son, tan racionales como los adultos a la hora de tomar decisiones importantes; sin embargo, también son particularmente propensos a involucrarse en comportamientos de riesgo con beneficios a corto plazo, incluso cuando son conscientes de las consecuencias potencialmente dañinas a largo plazo (Steinberg, 2014). De la misma manera, suelen tomar más riesgos que los adultos cuando están bajo estrés o experimentando fuertes impulsos afectivos (Figner & Weber, 2011).

Esta situación podría explicar por qué abandonan la escuela aunque sean muy conscientes de los costos y a pesar del remordimiento que pueden albergar más tarde, especialmente en relación con las oportunidades de empleo restringidas (Bridgeland, DiIulio, & Morison, 2006).

A diferencia de otros comportamientos de riesgo, los beneficios a corto plazo de la deserción escolar pueden no implicar el placer inmediato y la aprobación de los compañeros, pero sí el hecho de evitar situaciones punitivas como el fracaso académico o la victimización por pares.

El abandono escolar ha sido ignorado en la literatura empírica en lo que respecta a cómo las circunstancias inmediatas dan forma a los comportamientos de riesgo. La pregunta es por qué, si un análisis cualitativo detallado muestra que la deserción escolar ocurre a menudo a raíz de una amplia gama de circunstancias estresantes como hospitalización prolongada, accidentes automovilísticos, embarazos, conflictos entre maestros, rechazo de los compañeros e intimidación, inestabilidad familiar o encarcelamiento de los padres (Lessard et al., 2008; Wehlage, Rutter, Smith, Lesko, & Fernandez, 1989).

¿Acaso no es interesante conocer más sobre el período crítico durante el cual es más probable que los factores estresantes alteren los resultados educativos y ayudar así a determinar cuánto tiempo se debe ofrecer un apoyo a los jóvenes después de la exposición a dichas circunstancias?. Más aún si tenemos en cuenta las dificultades académicas como UNA DE LAS VARIABLES PREDICTORAS DEL COMPORTAMIENTO DELICTIVO 🔍

¿No deberían, además, ampliarse estos estudios más allá de los factores que pueden registrarse administrativamente? Considerar un sólo tipo de estresante en forma aislada o pasar por alto acontecimientos relevantes que no están en los registros (por ejemplo, conflictos con los compañeros), podría atenuar la relación real entre las experiencias de estrés y el abandono escolar.

Desencadenantes del Abandono Escolar Temprano que llevan al FRACASO ESCOLAR

Véronique Dupéré ha realizado numerosos estudios sobre factores estresantes en menores, síntomas depresivos y ansiosos, adaptación social, dificultades de la vida, etc. Analizaremos este trabajo y enlazaremos con otros sobre los factores de riesgo a tener en cuenta o la influencia de la motivación con el hecho de permanecer en la escuela durante más tiempo.

En el estudio de Dupéré se comparó a tres grupos de estudiantes de secundaria canadienses (N= 545, Varones 52%, Edad media 16’3 años):

  • Un grupo había abandonado la escuela recientemente.
  • Otro grupo estaba formado por estudiantes considerados ‘en riesgo de abandono escolar temprano’ pero permanecían en la escuela.
  • El tercer grupo era de estudiantes ‘promedio’.

¿Puede la exposición reciente a factores estresantes graves o múltiples precipitar el abandono escolar ‘por encima de’ o ‘en interacción con’ las vulnerabilidades anteriores de los menores? .

De acuerdo con el trabajo teórico y empírico revisado, Dupéré et. al. consideraron varios supuestos:

1.- Entre los desertores, los factores de estrés severos tenderán a aumentar en los 3 meses anteriores a dejar la escuela.

2.- Antes de esos tres meses críticos más recientes, la exposición debe ser similar entre los estudiantes que abandonan los estudios y los que están en riesgo de hacerlo, pero menor entre los estudiantes promedio que no están en riesgo.

3.- La exposición reciente a factores estresantes debe seguir asociada con la deserción incluso después de contabilizar estadísticamente vulnerabilidades de fondo clave, ya sea directamente o en interacción con estas.

La exposición al estrés de los ‘desertores’ en los meses anteriores a su partida se midió exhaustivamente, utilizando un protocolo de entrevista semiestructurada validado que asegura un significado uniforme en todos los casos. Este formato cubría un periodo de 12 meses separado en cuatro trimestres. Los eventos leves fueron frecuentes durante todos los trimestres en los tres grupos, y no surgieron diferencias significativas, por eso no se consideraron más allá.

Los eventos moderados fueron generalmente más frecuentes que los severos y el patrón de diferencias entre grupos mostró que los adolescentes con al menos un evento estresante no llegaron al cuarto trimestre, siendo la proporción de desertores el doble (29’5%) en comparación con sus pares en situación de riesgo (14,8%) y promedio (14,5%). Estas diferencias entre grupos permanecieron esencialmente proporcionales cuando se consideró la exposición a uno solo versus 2+ eventos moderados, siendo la exposición en ambos casos aproximadamente dos veces más alta entre los abandonos que entre los otros grupos.

En la misma línea, para acontecimientos severos, se encontraron diferencias significativas entre los que abandonaron la escuela y los otros dos grupos, pero sólo en el cuarto y último trimestre, donde la exposición aumentó entre los abandonos alcanzando el 19’7%, mientras que la tasa fue de tres a cuatro veces menor entre los estudiantes en riesgo (6%) y los considerados promedio (5%). Durante el tercer trimestre, la exposición entre los desertores fue mucho menor y no significativamente diferente de los otros dos grupos. Al distinguir entre la exposición reciente (cuarto trimestre) a un sólo evento estresante grave y a dos o más sucesos, los resultados mostraron que la exposición a 2+ eventos severos fue 12 veces mayor entre los abandonos (6,0%) que entre los compañeros de riesgo emparejados (0,5%) y promedio (0,6%); mientras que la exposición a un sólo suceso fue aproximadamente tres veces mayor entre los abandonos (13,7%) que entre los otros dos grupos (5,5% y 4,5% respectivamente).

¿Qué tipo de acontecimientos graves pueden darse en la vida de un menor de forma tan impactante que se vea abocado a abandonar la escuela sin acabar los estudios mínimos, sabiendo las consecuencias negativas que genera a largo plazo? ¿De qué manera pueden influir las características personales a la hora de verse inmerso en estos sucesos?. Aquí tienes otra entrada sobre la FALTA DE MOTIVACIÓN PARA ESTUDIAR 🔍 y aquí puedes ver cómo explico en mi canal de Youtube 🖥️​ la importancia que debemos prestarle al Acoso Escolar y cómo influyen los Trastornos de Conducta en este asunto.

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